NAVIDAD

 




 

Navidad = nacimiento.  ¿Que es lo que celebramos? ¿El nacimiento de Jesús de Nazaret? ¿El nacimiento del niño dios? ¿Nació en diciembre? ¿En abril?

 

Lo cierto es qué hay mucha controversia con los datos históricos, hay quienes afirman que, por los atuendos y los hechos redactados sobre los padres de Jesús, no estaban en invierno cuando nació su hijo, y hay historiadores muy estructurados que afirman que no hay evidencia clara de que Jesús de Nazaret haya existido, afirman que de acuerdo a las condiciones históricas la religión católica pudo crearse sin el hecho de la existencia de Jesús de Nazaret.

 

En conclusión, hay mucho debate histórico sobre la vida y muerte de Jesús, pero la Navidad significa más que eso. En vez de celebrar algo que nos genera dudas, podríamos celebrar algo certero como la instalación del el amor y la sabiduría “Crística” en el género humano y eso no tiene discusión. 

 

No hay duda que está en esta generación humana y en cada uno de nosotros unas cualidades sutiles que podemos poner en práctica y conectar con ellas si así lo decidimos.  Ejemplo:

 

La fe: La confianza en la vida, el compromiso con la evolución personal y la perseverancia. 

 

El hijo pródigo: Experimentemos la vida y démonos cuenta que solo viviendo una vida trascendente llenaremos los vacíos existenciales. 

 

Los dones y los talentos: practícalos y compártelos y siente el entusiasmo y encuentra el sentido a tu vida. 

 

La multiplicación de los peces: el milagro de ver la abundancia en el universo y compartir sin egoísmo. 

 

“No vine a traer paz sino espada”: Cada uno es responsable de su camino espiritual, practiquemos el desapego y respetemos el proceso evolutivo individual. 

 

“Nadie llegará al padre sino es a través mío”: el camino espiritual no es la iluminación mágica, sino que es un proceso. Es un camino y un destino.

 

La tríada perfecta: Confianza en la vida, la aceptación de que todo lo que sucede es por el bien de nuestra evolución espiritual y el no juzgar los eventos. (Confianza, aceptación y no juicio) 

 

El perdón: El otro no tiene que cambiar o hacer algo para ser perdonado, el perdón nace en tu interior y es un regalo para nosotros mismos. 

 

LA RESURRECCIÓN: Morir a una vieja forma de vida, a unos hábitos de vida egoístas y egocéntricos, apegados a lo material, a la apariencia para nacer a una nueva forma de vida conectada con el amor, con lo sutil, con la esencia. 

 

Y muchas otras enseñanzas, prácticas de vida que están acá, existen, están a la mano de todos.  Es decir, podemos decir sin duda que “Cristo” está en esta generación humana, está en nosotros.

 

Por eso deseo con mucho amor que reconozcas la esencia y celebren llenos de alegría que toda esa sabiduría y ese amor “nace” en nosotros, no porque sea algo nuevo, sino porque lo reconocemos. 

 

Feliz Navidad. 

 

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