TRABAJAN PARA NUESTRO BIEN



 

Me refiero a las instituciones públicas y los organizamos institucionales, específicamente los gobiernos de cada país ¿Trabajan por nuestro bien? 

 

Cómo acostumbro sugerir en los artículos que comparto, por favor tomen estas líneas como un incentivo para ejercitar la mente abstracta, practicar el discernimiento y construir su propia percepción de la verdad. 

 

El tema es simple y claro, todo está a la vista para el que quiera ver, y cómo decían nuestros abuelos “no hay peor ciego que el que no quiera ver”.  

 

La gran mayoría de nuestra sociedad, es una sociedad economicista, por un lado, a todo le ha puesto precio, y por el otro considera que entre más dinero mejor.  Quiero decir que, en la sociedad actual, se han empequeñecido los valores y la vida sencilla y se ha concentrado en buscar la manera de obtener más y más dinero.  Algunos pocos lo consiguen y eso es el gran incentivo para que los demás se pierdan en la vida buscando cómo obtenerlo.

 

Lo normal es que el dinero llegue a nosotros como consecuencia de una labor o un servicio que prestamos con todo el entusiasmo, poniendo en práctica nuestros tálenos.

 

Las empresas más poderosas también iniciaron así, producían un bien o un servicio y por su éxito en ventas obtenían grandes remuneraciones, pensemos en: Farmacéuticas, empresas de telecomunicaciones, empresas de informática, empresas de combustibles, etc. Sin embargo, hoy en día las empresas más poderosas no son aquellas que venden productos o prestan servicios, son empresas inversionistas o fondos de inversión que se crearon con el propósito de buscar mayores rendimientos en las inversiones, es decir, su único objetivo es multiplicar el dinero. 

 

Ganar dinero no tiene nada de malo, lo que pasa es que, para la mayoría, en nuestra sociedad se ha convertido en el único propósito laboral.  De la misma forma las empresas inversionistas buscan por todos los medios cómo hacer para que la rentabilidad crezca más, incluso con estrategias de influenciar gobiernos nacionales. 

 

Cabe resaltar que cómo hemos tenido una pérdida de valores dichas empresas, y gran parte de la sociedad han dejado la ética guardada en el armario, solo para sacarla en alguna ocasión especial que les pueda adornar o les sirva para mejorar su imagen. 

 

Son tan poderosas estas empresas de inversión que dos de las más grandes administran presupuestos del tamaño de la economía de Francia y Alemania juntos. Los fondos de inversión tienen acciones en las principales empresas de las industrias: redes sociales, laboratorios farmacéuticos, armas, alimentación, medios de comunicación, etc. No importa que sean competencia o que la industria sea opuesta una a la otra, es decir, no hay reparo en tener acciones en la industria de la salud y en la industria de las armas al mismo tiempo, pues lo que importa es la rentabilidad de la inversión. Son como pulpos que tienen tentáculos por todas partes y gobiernan las principales juntas directivas, por eso es muy difícil identificar que el actuar de una empresa particular es en realidad una orden de una empresa inversionista. 

 

Ahora volvamos a las instituciones públicas, a los gobiernos, ¿cuál es la mejor forma de vender? A través del marketing, y ¿qué es lo que principalmente nos venden? Ideas e ideologías.  Entonces hemos comprado la idea que la democracia es el poder del pueblo y que nuestros gobiernos trabajan para nuestro bien.  Eso lo repetirán hasta el cansancio en todos los niveles de comunicación desde los colegios hasta los noticieros y nosotros lo hemos comprado por lo menos una vez. 

 

Pero a través de un ejemplo, voy a mostrar cómo funcionan estas instituciones de manera que por analogía podemos sacar conclusiones.  ¿Cómo llega un candidato a la presidencia? A través de las campañas electorales. ¿De dónde sale el dinero? Empresas inversionistas invierten en la campaña, de forma directa o a través de alguna empresa particular, apostando que con la victoria obtendrán una excelente rentabilidad.  Hay empresas que disminuyen su riesgo y apuestan en los dos candidatos más opcionados para la presidencia, con esto tendrán la victoria asegurada. 

 

Imaginemos un mundo donde las guerras han disminuido, los ciudadanos viven más tranquilos y, por tanto, los países han disminuido la inversión en armas y como consecuencia la industria de las armas ha bajado de valor. Entonces por las influencias e intereses económicos se fomenta un encuentro bélico entre dos países, al interior de un país, o grupos extremistas internacionales.  ¿Qué hacen las empresas inversionistas? Les dicen a los demás gobiernos qué hay una gran amenaza, que son vulnerables y, además, que recuerden que les deben un favor.  Solo con el hecho que varios países indiquen que subirán el presupuesto nacional para la compra de armas, el valor de las acciones de las principales empresas de armamento se disparará por las nubes.  Con lo cual el objetivo esta conseguido. 

 

Por su parte, la idea que nos venderá el gobierno será que por el bien de nuestros ciudadanos y debido a las amenazas bélicas, el país aumentó el presupuesto en seguridad, así estaremos más seguros.  Claro está, que no dice que ese dinero lo han sacado del presupuesto de salud o educación o inversión social que seguramente traería muchos más beneficios para los ciudadanos. Tampoco dirá que para obtener esas armas pedirá un crédito internacional que comprometerá los recursos futuros del país (lógicamente será pagado con los impuestos de los ciudadanos) 

 

Y esto es solo un botón de muestra, de la misma forma sucede con el petróleo, las inyecciones, la tecnología, etc, etc, etc. 

 

Entonces, ¿crees que trabajan para nuestro bien? JA

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

05 CAPITULO EVULUCION VERTICAL